martes, 30 de octubre de 2012

ELEGÍA DEL FUTURO SUICIDA (Rolando Cárdenas)



Yo hablo de la integridad
como si la palabra misma fuera indivisible,
o como si todo alguna vez no retornara a nada.
Pero esto no es así.
Llega un momento en que se acaba el sueño,
La mano ya no quiere aprisionar.
La flor se desploma sobre el musgo.
Los ojos quedan secos.
La caricia no existe.
Ni la palabra amada.
Ni el rumor que se levanta del saucedal frondoso.
Nada importa que el viento golpee en cada puerta.
Ni que la lluvia humedezca nuestro calzado y nuestra alma.
Ni que la abulia sea un buitre que devora a pedazos la esperanza.
Se quiere aprisionar la risa en el puño
como una mariposa,
pero ella se aleja hacia otros privilegios.
No quiere compartir el beso que la boca entrega en la ausencia,
ni el cuerpo que se da en la hora furtiva,
ni la palabra que impulsaría a conquistar el aire.
La soledad alzándose, infatigable planta,
va construyendo un clima de sonrisas enlutadas.
La memoria yace derribada por la astenia
en actitud de delirio.
Ni siquiera es capaz de crear el grito salvaje de la angustia.
La indiferencia penetra por la piel royéndola de a poco.
El asombro por lo que no creímos
se va quedando sólo en pesadumbre
que nos va señalando nuestra propia miseria resignada.
La alegría misma ha quedado derribada en algún rincón de nuestro propio
olvido.
La lengua no blasfema.
Está extática y sola.
A su lado está también la canción trunca
que en un principio pregonaba la fuerza.
El corazón se va quedando solo.
Solo en el día.
Solo en la noche,
como un grito abandonado y yerto.
Ya nada es demasiado indispensable,
sólo el aire.
Lentamente el cansancio va forjando su lágrima.
Todo es latir apresurado hacia el final,
porque en la hora dura no queda nada:
la pureza,
el tiempo del amor iluminado,
el beso antiguo
son casi dolorosa inexistencia.
Pero se llega al día límite
que nos espera como un muro infranqueable
despojado de todo,
que es una manera de mostrar la certeza.
También se puede sonreír al borde de la vida.


sábado, 20 de octubre de 2012

AJEDREZ DEL TERCER MUNDO (Guillermo Ross-Murray, chileno)


en memoria de ROQUE DALTON, poeta salvadoreño

La ventana en el rostro.
Peón confiado en campo verde
y...¡de súbito!
vasallo negro, esbirro negro, general
lóbrego.
Tenebroso avance de intereses rubios
con armas negras: entre alevosía
y odio,
¡enroque!
y perseguidos somos por rojas carreteras
y por montañas.

El país tajado
Algunos peones desaparecen.
Caballos negros fusilan a torre
roja
durante el año 75 del siglo veinte después de cristo:
¡Desolación en la Taberna
y en otros lugares!
Pero,
nuestro juego seguirá sin pausa.
Hasta que todo el tablero cante,
el turno, triunfal,
del ofendido.

martes, 2 de octubre de 2012

ABYA YALA (Óscar Arancibia Villalba, chileno)

Acunó el continente andino

en la arcilla de sus andenes

la luna y el sol del indio.





En el caíto de alpacas y puskas

con mi corazón cobrizo y bravío,

bajan los llameros de la sal,

por puentes de piedras y pukaras.





Entre los asaltos a la historia,

fluye la sangre vital de los altares

en el Tumi sagrados de los Incas,

siembra en sus cumbres nevadas,

el achachi de pueblo milenario.





Celebran la vilancha los yatires

en el ritual de las hojas de coca

augurios de amor y lluvia eterna.





El cacique rebelde se levanta

contra el metal de occidente

que persigue al taruja altivo,

a mis cullacanakas del ayllu

que esperan los días soñados

por los amautas del inca.





Para samcaña amerindia

los hijos de ayer cruzan ríos

que serpentean cumbres y selvas

a buscar los cántaros antiguos,

kochuña jacañata, a soñar

la vida de la nueva era...





Escucha el canto de la tierra

porque es tiempo de volver...