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La denuncia de un hecho doloroso y trágico.
viernes, 9 de julio de 2010
jueves, 1 de julio de 2010
DEFENSA DEL HOMBRE APLASTADO POR UNA MURALLA (Wilfredo Santoro, chileno)
El hombre que muere
aplastado por una muralla
no es menos hombre
que el que muere diciendo
la verdad.
Porque la muralla al caer
cobró vida,
porque la vida al caer
cobró verdad.
Porque la muralla del primero
creó la verdad del segundo.
Porque muralla y asesino son sinónimos.
Porque después de un fusilamiento
la verdad queda incrustada en la muralla.
Porque la caída de la verdad
es obra de murallas.
Y porque una simple muralla
jamás podrá aplastar una verdad.
Página principal
Reencuentro
Alguien
Posta
Encontrado
Defensa del hombre aplastado por una muralla
Más allá de los lentes
Desacuerdo
Réquiem para un gorrión
Altoparlante
Poema proletario
Francesita de la pesquera
Transacción
Propuesta pública
Expectativas
Travesti
Bailarina
Mi perro fuma
Conino
Endosec
Experiencia
Consejos para hacer un pozo
Asnob
Para Francine
Problema
Geneive
Farela
Sintiendo a Cris
Epitafio para Moisés
Décalogo cualquiera
Cherlic
El hombre satisfecho
Nostalgia
Mi casa
Confesión
Fuga en dos tiempos
Infructuoso
aplastado por una muralla
no es menos hombre
que el que muere diciendo
la verdad.
Porque la muralla al caer
cobró vida,
porque la vida al caer
cobró verdad.
Porque la muralla del primero
creó la verdad del segundo.
Porque muralla y asesino son sinónimos.
Porque después de un fusilamiento
la verdad queda incrustada en la muralla.
Porque la caída de la verdad
es obra de murallas.
Y porque una simple muralla
jamás podrá aplastar una verdad.
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Alguien
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Encontrado
Defensa del hombre aplastado por una muralla
Más allá de los lentes
Desacuerdo
Réquiem para un gorrión
Altoparlante
Poema proletario
Francesita de la pesquera
Transacción
Propuesta pública
Expectativas
Travesti
Bailarina
Mi perro fuma
Conino
Endosec
Experiencia
Consejos para hacer un pozo
Asnob
Para Francine
Problema
Geneive
Farela
Sintiendo a Cris
Epitafio para Moisés
Décalogo cualquiera
Cherlic
El hombre satisfecho
Nostalgia
Mi casa
Confesión
Fuga en dos tiempos
Infructuoso
jueves, 17 de junio de 2010
SIMETRÍA Y FULGOR DE LA NIRVANA (Rodolfo Khan, chileno)
miércoles, 27 de enero de 2010
HASTÍO (Juan José Domenchina, español)
Hastío-pajarraco
de mis horas-. ¡Hastío!
Te ofrendo mi futuro.
A trueque de los ocios
turbios que me regalas,
mi porvenir es tuyo.
No aguzaré las ramas
de mi intelecto, grave.
No forzaré mis músculos.
¡Como un dios, a la sombra
de mis actos -en germen,
sin realidad-, desnudo!
¡Como un dios -indolencia
comprensiva-, en la cumbre
rosada de mi orgullo!
¡Como un dios, solo y triste!
¡Como un dios, triste y solo!
¡Como un dios, solo y único!
de mis horas-. ¡Hastío!
Te ofrendo mi futuro.
A trueque de los ocios
turbios que me regalas,
mi porvenir es tuyo.
No aguzaré las ramas
de mi intelecto, grave.
No forzaré mis músculos.
¡Como un dios, a la sombra
de mis actos -en germen,
sin realidad-, desnudo!
¡Como un dios -indolencia
comprensiva-, en la cumbre
rosada de mi orgullo!
¡Como un dios, solo y triste!
¡Como un dios, triste y solo!
¡Como un dios, solo y único!
lunes, 11 de enero de 2010
DESTINO (Iris Fernández Ángel, chilena)
El caballo clavó sus tristes ojos
en mis frías pupilas
mas nada me detuvo.
Alcé el cuchillo y segué su pezuña
como el segador, la espiga.
Fijé mi cruel mirada
en la profundidad de su pupila
mas nada me detuvo.
De un solo tajo, desgajé el casco
rosas rojas se fueron abriendo
hasta llegar al infinito.
El dolor, ardiendo, galopó
por las crines erizadas.
La tusa se elongó en cuatro amplias alas.
El caballo clavó sus ojos abatidos
en mis cuencas vacías de ilusión
y creció, creció, creció.
Siete lenguas inflamaron
mi esqueleto enardecido
y me hicieron flama eterna
condenada por los siglos
a abrevar los sueños del hombre
en el charco del crepúsculo.
en mis frías pupilas
mas nada me detuvo.
Alcé el cuchillo y segué su pezuña
como el segador, la espiga.
Fijé mi cruel mirada
en la profundidad de su pupila
mas nada me detuvo.
De un solo tajo, desgajé el casco
rosas rojas se fueron abriendo
hasta llegar al infinito.
El dolor, ardiendo, galopó
por las crines erizadas.
La tusa se elongó en cuatro amplias alas.
El caballo clavó sus ojos abatidos
en mis cuencas vacías de ilusión
y creció, creció, creció.
Siete lenguas inflamaron
mi esqueleto enardecido
y me hicieron flama eterna
condenada por los siglos
a abrevar los sueños del hombre
en el charco del crepúsculo.
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