Por José G. Martínez Fernández.
De 1965 a 1970 existió un pequeño
movimiento poético protagonizado en Arica por cinco muchachos de
entre 15 y 20 años.
Hoy tres de ellos están prácticamente
olvidados en Arica y en el norte chileno..
Sólo Florencio Faúndez y quien
escribe este artículo seguimos publicando nuestra poesía.
En esos años escribía y ganaba varios
premios en los concursos de liceos y de la Universidad del Norte
María Angélica Molina.
Esther Muñoz también había ganado un
premio en la Universidad del Norte, donde yo obtuve el premio más
importante en poesía en el concurso de 1966.
Jorge Bellet Pacheco obtuvo un Premio
Especial debido a que ya era un autor reconocido por haber publicado
un libro, ALMA TE BUSCO, siendo casi un niño.
Todos éramos estudiantes secundarios.
En 1967 me reuní con María Angélica
y le conté la idea de hacer públicos nuestros trabajos.
Todos teníamos premios literarios,
pero ningún poema publicado.
Pero carecíamos de dinero para hacer
la publicación.
María Angélica reunió la mayor suma
entre dueños de tiendas y yo conseguí dos auspiciadores: un aviso
de una casa de discos ubicada en 21 de Mayo y otro aviso de la tienda
de Lionel Valcarce.
Con ese dinero publicamos un folleto
con poemas de Molina, de Muñoz y míos. El prólogo lo hizo Manuel
Lagos del Solar, poeta y director de Radio El Morro.
Luego de ello en la misma radio, Hahn,
Cortínez y Margery, dedicaron un programa completo a nuestra
publicación. Los tres eran profesores de la Universidad de Chile,
Sede Arica. Fue un gran espaldarazo para autores que íbamos de los
16 a los 18 años.
Lo mismo hicieron el diario matutino LA
CONCORDIA y el vespertino LA DEFENSA y otros medios.
Incluso se conoció en algunas ciudades del norte de Chile.
SERIE POÉTICA se llamó el folleto.
Folleto de muy pocas páginas. Era julio de 1967.
En aquel momento gobernaba Chile don
Eduardo Frei Montalvo y era gobernador de Arica don Adrián
Barrientos, con quien dialogaría tiempo después en un cambio de
folio en el diario LA CONCORDIA al ser presentado a él por su
director Raúl Garrido García..
En la Alcaldía de la Municipalidad
estaba Elena Díaz Hevia y entre los regidores: José Solari, Eduardo
Pérez, Alberto Koch Sologuren y Luis Blanco Carvajal. A los otros
dos no los recuerdo ahora.
Luis Blanco Carvajal era el hombre que
más impulsaba la cultura desde su puesto.
Luego publicamos un segundo, un tercer
y un cuarto número y, por razones económicas, no pudimos seguir
adelante.
En esas ediciones se agregaron los
nombres de Florencio Faúndez (era el de mayor edad con sus jóvenes
20 años) quien había ganado un importante premio en la Universidad
del Norte y Alberto Yuri Rivera (el de menor edad con sólo 15 años),
quien había sido galardonado en un concurso de la Municipalidad
ariqueña.
En esos años (1967-1968) no existían
organismos que se preocuparan de financiar estos esfuerzos.
Sólo Luis Blanco Carvajal exponía a
través de diarios y en conversaciones con nosotros que la poesía de
Arica merecía la atención y el apoyo de las autoridades.
SERIE POÉTICA feneció en 1968.
Sumando: en los cuatro números de la
publicación aparecieron cinco nombres: María Angélica Molina,
Esther Muñoz Cárdenas, Florencio Faúndez Saavedra, Alberto Yuri
Rivera y quien esto escribe.
Luego de esa aventura Molina, Muñoz y
Yuri, que yo sepa, no volvieron a publicar.
Un día Esther Muñoz, allá en Arica,
me dijo que ya no escribía.
Molina y Yuri se fueron a Santiago. A
ambos los vi por casualidad en algún lugar de la capital en fechas
muy distantes.
María Angélica me invitó a la casa
en que vivía y me señaló que volvería a escribir poesía y que
publicaría, que sus creaciones, eran parte fundamental de su ser.
Nunca, sin embargo, que yo sepa, volvió
a publicar.
A Alberto Yuri lo vi mucho tiempo
después, también en Santiago, como ya señalé. Me dijo que ya no
estaba en ello.
Era director de un colegio y por esos
días se iba a casar. Recuerdo muy bien que no me invitó a su
matrimonio.
Han pasado ya MUCHOS AÑOS de esos
encuentros finales (finales, porque no he visto a los tres en
décadas) y ninguna noticia tengo de que hayan publicado.
En la tierra madre, en que nacieron
como poetas, Molina, Muñoz y Yuri son como espectros de una linda
etapa de juventud.
Todos ellos están, ahora, olvidados en
nuestra ciudad. Sólo los que fuimos sus cercanos, familiares y unos
pocos más, saben que ello marcaron una breve etapa en la historia
lírica de Arica.
De haber seguido la ruta de la poesía,
estoy seguro, que, al menos, uno de los tres sería una importante
figura de la lírica nortina.
Todos ellos eran púberes. Tenían
mucho destino.
Ah, el tiempo…más de cuarenta años
y los poetas citados, mis amigos, ya no figuran en la gran poesía de
Arica cuyas cabezas más relevantes, hoy, son Luis Araya Novoa,
Rodolfo Kahn y el mismo Florencio Faúndez.
Recuerdo que formamos el grupo de
poesía Carlos Pezoa Véliz y que, mediante nuestra gestión y el
gran apoyo del regidor Luis Blanco Carvajal, se consiguió que una
calle de Arica llevara el nombre del gran poeta chileno.
Bordeando el río San José está ese
nombre grande de las letras nacionales.
Yo, desde la nostalgia, recuerdo
siempre a los tres amigos poetas señalados. ¿Qué será de ellos?
¿Dónde marcarán ahora sus pasos y sus palabras?