Acunó el continente andino
en la arcilla de sus andenes
la luna y el sol del indio.
En el caíto de alpacas y puskas
con mi corazón cobrizo y bravío,
bajan los llameros de la sal,
por puentes de piedras y pukaras.
Entre los asaltos a la historia,
fluye la sangre vital de los altares
en el Tumi sagrados de los Incas,
siembra en sus cumbres nevadas,
el achachi de pueblo milenario.
Celebran la vilancha los yatires
en el ritual de las hojas de coca
augurios de amor y lluvia eterna.
El cacique rebelde se levanta
contra el metal de occidente
que persigue al taruja altivo,
a mis cullacanakas del ayllu
que esperan los días soñados
por los amautas del inca.
Para samcaña amerindia
los hijos de ayer cruzan ríos
que serpentean cumbres y selvas
a buscar los cántaros antiguos,
kochuña jacañata, a soñar
la vida de la nueva era...
Escucha el canto de la tierra
porque es tiempo de volver...
martes, 2 de octubre de 2012
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