domingo, 24 de marzo de 2013

NO SE MUERE DOS VECES O LA PERMANENCIA DE UN POETA ASESINADO‏

Domingo Gómez Rojas fue un hombre que vivió la vida con la fuerza inevitable que le daba su alma de creador, de inventor de poesía...porque, al fin de cuentas, el verso, el buen verso, es una de las piedras que arma ese edificio llamado poema...

Gómez Rojas fue de aquellos muchachos que en los años veinte enfrentaron en Chile a los fascistas, capitalistas y patrioteros de baja monta.

Fue en la época que gobernaba Chile el truhán Juan Luis Sanfuentes quien, a través de su Ministro Astorquiza, se convertiría en la espada cobarde que mataría al gran poeta.

Tenía sólo 24 años. Había nacido en 1896 y le asesinaron en 1920.

Por oponerse a un extraño aire de conflicto entre Chile y Perú, Domingo Gómez Rojas, que era un joven sabio, como los que le acompañaban en ese momento, fue detenido y torturado y a través de la tortura se le enloqueció.

Fantasmas de otros espacios, entonces, invadieron la mente del joven sabio...

Las torturas lo llevaron a la muerte.

Su funeral, enorme, más de 40.000 personas, pasó frente al Palacio de Gobierno de Chile gritando asesinos a todos aquellos que, como ratas, se guardaron en sus perfumadas oficinas del gansterismo que había permitido tal aberración y el saqueo y destrucción del local de la FECH.

TODO EN NOMBRE DEL NACIONALISMO INFAMANTE que, todas las veces, crece como la espuma caliente e irrazonable.

Domingo era ácrata. Es decir, creía en una forma de socialismo libertario con su atuendo de individualismo.

Del poeta tan grande hay publicados algunos libros y unos cuantos poemas que son sencillamente maravillosos.

Aquí va el más famoso de ellos.

MISERERE 

La juventud, amor, lo que se quiere,
ha de irse con nosotros. ¡Miserere!

La belleza del mundo y lo que fuere
morirá en el futuro. ¡Miserere!

La tierra misma lentamente muere
con los astros lejanos. ¡Miserere!

Y hasta quizás la muerte que nos hiere
también tendrá su muerte. ¡Miserere!

Ha pasado casi un siglo de su muerte...pero un poeta grande, un poeta consecuente, un luchador social del nivel de Gómez Rojas no muere...o, al menos, después de esa muerte, la primera, la física, un bardo como él no puede volver a morir.

Y helo aquí vivo en su poesía, en su recuerdo perpetuo, en las alas hermosas que creó. En ello vive.

sábado, 16 de marzo de 2013

GRANDES POEMAS CONTEMPORÁNEOS...LLEVA DOSCIENTAS MIL VISITAS


Por José G. Martínez Fernández.


Un orgullo es para nosotros, que amamos la cultura y la justicia, que un espacio nuestro en internet esté batiendo récords.

Hablamos de cultura y de justicia porque ese espacio -blog- es un centro para la difusión de la poesía y la poesía ha sido, a través de toda la historia, una palanca de belleza que, por sí misma, es, muchas veces, un arma en búsqueda de justicia.

GRANDES POEMAS CONTEMPORÁNEOS es el sitio de que hablamos.

Creado el  28 de septiembre de 2008 dos días después fue publicado allí el primer poema, GLADIOLOS JUNTO AL MAR, del poeta chileno Óscar Hahn.

Tres años después, en octubre de 2011, GRANDES POEMAS CONTEMPORÁNEOS alcanzó las 100.000 (CIEN MIL) visitas y, un año y medio después, hace muy pocos días, alcanzó las 200.000 (DOSCIENTAS MIL) visitas.

El último poema publicado lo fue el 01 de marzo de este 2013 y se llama BALADILLA DE LOS TRES PUÑALES del poeta español Rafael de León.

En dicho espacio hemos publicado poemas contemporáneos de autores de los más diversos países del orbe.

Grandes poemas es el justo nombre que le dimos al nacer y no imaginábamos el éxito que tendría...Fíjense...Los visitantes de este sitio tiene más habitantes que la ciudad de Arica (tierra del creador del blog) y equivale a TRES ESTADIOS NACIONALES LLENOS (eso en la capital de Chile) y vamos por más. En estos mismos momentos ya están ingresando más lectores. Esto no para. Esto se agiganta.

Cuando en 2011 llegamos a los CIEN MIL VISITANTES publicamos un artículo en algunos medios digitales sobre ello y, desde esa fecha, nuestro sitio es publicitado permanentemente en algunos de esos medios...en especial en REDACCION POPULAR que dirige el historiador argentino Raúl Isman.

Esta alegría nuestra tiene que ver con la posibilidad de hacer llegar el arte -en este caso la poesía- en forma gratuita a todos los que aman tan bella arte.

Y seguiremos bregando para que nuestro blog siga teniendo millares de nuevas visitas. Queremos hacer de GRANDES POEMAS CONTEMPORÁNEOS el sitio de dicha tendencia con una de las mayores lectorías en el mundo.


sábado, 9 de marzo de 2013

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER, SIMPLEMENTE UN GRAN MAESTRO


Por José G. Martínez Fernández.

A Gustavo Adolfo Bécquer se le conoce como “un poeta romántico tardío” en la España de la segunda mitad del siglo XIX, aquel período que tuvo, quizás, al más grande de los oradores en lengua hispana de todos los tiempos: Emilio Castelar.

Y si Bécquer fue el último poeta del romanticismo en España ello se debe a que antes, en la península ibérica, había figuras como José de Espronceda y Rosalía de Castro, dos grandes aedas de dicho movimiento.

Los románticos de la Europa del XIX –franceses, alemanes, italianos y otros- habían creado su poesía, durante el alba de dicho siglo.

Casi en el mismo instante histórico, en nuestra lengua, teníamos a los citados Espronceda y Castro.

El que vendría más tarde y sería consagrado como el más grande creador romántico era un muchacho sevillano llegado a Madrid cargado de ilusiones y de pobrezas materiales.

Había nacido en 1836 y su nombre verdadero era Gustavo Adolfo Domínguez, pero al firmar sus textos se deshizo del Domínguez y se hizo llamar Bécquer, que es el segundo apellido de su padre.

Se señala que escribió sus primeros poemas entre los 21 y 22 años, pero esos escritos se perdieron, quizás en una noche de bohemia del poeta; quien, sin embargo, gracias a su enorme memoria, logró reconstruir parte de los mismos.

La poesía de Bécquer –por su extraordinaria sencillez- ha sido criticada a veces por quienes creen que están descubriendo un nuevo universo verbal y que lo becqueriano es, simplemente, demasiado ingenuo.

En realidad los sencillos verbos que Bécquer marca en sus poemas de temas habituales y universales, son de una innovación mayúscula para su tiempo con lo que anunciará la posterior etapa de la poesía castellana en que Rubén Darío será el líder.

Bastaría centrarse en la belleza gigante del verbo del sevillano haciendo una lectura inteligente para entender porque críticos de la talla de Menéndez Pelayo y Dámaso Alonso le han dado una altura literaria importantísima.

Ha de saberse que, también, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Rafael Alberti y tantos otros grandes de la lírica de la España de comienzo y mitad del siglo XX le atribuyen una grandeza singular al indicar que recibieron su influencia.

Influencia que, además, encontramos en grandes poetas chilenos como Cruchaga Santa María, Óscar Castro, Roberto Meza Fuentes y Óscar Hahn, por sólo citar a cuatro.

Numerosos estudiosos de la poesía en español, aparte de Menéndez y de Alonso, han reconocido que el sevillano ha sido el más grande poeta de la España del siglo XIX y el segundo más grande de toda la historia poética de esa nación, lugar que obtiene sólo tras la figura de Luis de Góngora, bardo del siglo de Oro.

La poesía becqueriana emociona aún y aún es palabra en boca de millones de mortales en toda la lengua hispana y en las otras innumerables lenguas en que está traducida.

Su genialidad es mayúscula. Su estatua poética es inamovible. Su permanencia en la historia de la poesía es indiscutible.

Gustavo Adolfo Bécquer simplemente es UN BARDO MUY GRANDE.

Un maestro de la emoción que no alcanzó a ver sus versos publicados durante su corta vida.

Falleció en Madrid en 1870.

Es decir le bastaron 34 años de camino por esta tierra para dejar su nombre como una enorme esfinge de metal noble.

Toda la grandeza de su poesía se descubrió después para suerte de nuestra hermosa lengua romance y los ávidos amantes de la gran lírica.

En 1871, en un acto solidario de sus amigos, fue editado, en dos tomos, su trabajo bajo el nombre de OBRAS.

Allí también iban sus famosas LEYENDAS, otro hito creativo enorme de Bécquer, que, a pesar de su altura literaria, no alcanzó la calidad de su poética.