viernes, 4 de julio de 2014

PALABRA ESCRITA. Revista de Poesía. Número 61. Julio de 2013.





DIECIOCHO GRANDES POETAS RUSOS MODERNOS


                        Prólogo y selección:

                  José G. Martínez Fernández.



Editorial:

AQUELLA MARAVILLOSA POESÍA RUSA PRODUCIDA EN DOS SIGLOS

Es la creación poética rusa (y la llamada "ruso soviética") una de las más importantes producidas en la época moderna.
Parte ella con la figura descollante de Alejandro Pushkin, quien, con justicia, es considerado el padre o maestro de las sucesivas generaciones de bardos de su patria. Había nacido en 1799.
En dos décadas de dominio de Puskhin se produce la llamada "Edad de Oro" de la poesía rusa.
En efecto -entre 1817 y 1837- surgen figuras fenomenales de la poética de Rusia: Lérmontov, entre muchos otros. Lérmontov nació en 1814.
Luego pasarán varias décadas para que el nivel altísimo de la poesía rusa se recupere.
Sólo en 1880 nacerán dos de los más grandes bardos que ha producido Rusia: Alexander Blok y Andréi Bely.
Cinco años más tarde (1855) vendrá al mundo Eduard Bagritzky.
Anna Ajmátova nace en 1889.
Sólo pasa un año para que nazca el genial Boris Pasternak (1890).
En 1891 es el año de Ósip Maldelshtam.
Vladimir Maikovski nace en 1893.
Su gran rival, Serguéi Esenin, lo hace dos años más tarde: 1895.
Se viene, entonces, el siglo XX, el Siglo de la Revolución.
Olga Berggolts nace en 1910.
Pasarán 23 años (1933) para que florezca el mayor cantor de esa revolución: Eugeni Evtuchenko.
Ese mismo año (1933) nace Vosnesensky.
En 1940 se viene Joseph Brodsky.
En 1948 lo hace Aizenberg.
En 1951 nace Svetlana Kekova.
1954 es el año de Bunimovich.
Y en 1963 lo hace Vera Pavlova.
En este número de PALABRA ESCRITA hemos querido rescatar a esos dieciocho poetas de esa gran Nación: cada uno con un poema.
Sólo una muestra breve para quienes quieran penetrar muy brevemente en los amplios espacios de una poética magistral, digna de leerse en cualquier lugar del planeta.

                                                         José G. Martínez Fernández.




ALEXANDER PUSHKIN (1799-1837)


EL CABALLERO POBRE


Era un pobre caballero
silencioso, sencillo,
de rostro severo y pálido,
de alma osada y franca.
Tuvo una visión,
una visión maravillosa
que grabó en su corazón
una impresión profunda.
Desde entonces le ardía el corazón;
apartaba sus ojos de las mujeres,
y ya hasta la tumba
no volvió a hablar a ninguna.
Púsose un rosario al cuello,
como una insignia,
y jamás levantó ante nadie
la visera de acero de su casco.
Lleno de un puro amor,
fiel a su dulce visión, escribió con su sangre
A.M.D. sobre su escudo.
Y en los desiertos de Palestina,
mientras que entre las rocas
los paladines corrían al combate
invocando el nombre de su dama,
él gritaba con exaltación feroz:
Lumen coeli, sancta Rosa!
Y como el rayo, su ímpetu
fulminaba a los musulmanes.
De regreso a su castillo lejano,
vivió severamente como un recluso,
siempre silencioso, siempre triste,
muriendo por fin demente.


MIJAÍL LÉRMONTOV (1814-1841)



EL PUÑAL


Yo te aprecio, mi puñal de noble acero.
Te forjó para la venganza el soñador georgiano;
te afiló para el combate el libre circasiano,
mas yo te aprecio, claro y frío compañero.

Una mano de lirio te puso en mi mano
 a la despedida, en prueba de amor,
y no fue sangre lo que por ti se deslizó:
fue una gota de llanto, clara perla del dolor.
Y llenos de una tristeza misteriosa,
en mí se detuvieron sus ojos negros.
En la luz temblorosa, al igual que tu acero
se empañó su mirada y lució más hermosa.
Eres mi compañero, prenda de mudo amor.
De ejemplo servirás a mi vida peregrina:
como tú, no he de cambiar, y mi alma altiva,
como tú, amigo fiel, será fuerte en el dolor.



ANDRÉI BELY (1880-1934)

DICIEMBRE

Diciembre... montones de nieve fuera...
Y yo recuerdo a usted y su voz.
Recuerdo, mirando la plateada nieve,
Sus hombros, estremeciéndose.

Toda en el encaje blanco de Marsella,
Quedó en la ventana, absorta,
Y alrededor, sentados en sofás bajos,
Los respetuosos caballeros.

Su criado servía el té caliente,
Y alguien tocaba el piano mientras
Usted me dirigió, silenciosamente,
Una mirada plena de tristeza.

Y, suavemente, estirándose
Como la inspiración, como un ángel,
Despertó así, entre mis ilusiones,
Una languidez inexpresable.

Al son de esa música antigua,
Se tejió una unión pura entre nosotros...
Aunque de reojo su marido
Miraba acariciando sus patillas.

Yo estoy solo en el torrente nevado,
Aunque vuele en la fragilidad de mi alma
El dulce recuerdo de todo aquello,
Que se esfumó, irrevocable.





ALEXANDER BLOK (1880-1921)


LAS SOMBRAS DESLEALES

Las Sombras desleales del Día huyen,
y alto y claro es el llamado de las Campanas.
Los pasos sobre la Iglesia arden como el Relámpago,
sus losas están vivas, aguardando tus ligeras pisadas.

Tu pasarás por aquí, y tocarás la fría piedra;
vistiéndola con la horrible vitalidad de tu palma.
Deja que la Flor de Primavera sea aquí depositada,
en esta solitaria Penumbra, bajo los ojos del Santo.

Las Sombras de la Rosa crecen en la brumosa Noche,
y alto y claro es el llamado de las Campanas,
la Oscuridad yace en los escalones, siniestros y bajos.
Aguardo inmóvil en la Luz. Aguardo ansioso tus Pasos.


EDUARD BAGRITZKY (1885-1934)
DULCEMENTE ME DESMAYO
Dulcemente me desmayo
            del aire quieto y los sueños,
Del prolongado tedio penetrante
                    y el vacilante canto:
Me gustan los gallitos 
              bordados en lino blanco,
Y los íconos austeros
             el hollín multisecular.
Con devota humildad
               el día sigue al día
Bajo el sofocante zumbido de las moscas.
Una codorniz masculla
              bajo el abatido cieloraso,
Y el dulce de frambuesa perfuma las festividades.
Por la noche el tierno ganso relleno nos deja afectados,
Y la agobiante lámpara-ícono parpadea en tormento.
Y, cuello estirado, el gallito bordado
Sobre el lino inicia su interminable cacareo.
Me concediste acá, Oh Señor, un humilde refugio
Debajo de un generoso techo,
           exento de las preocupaciones cotidianas
Donde días pesados,
         como cucharadas de dulce,
Fluyen espesamente gota a gota.

ANNA AJMÁTOVA (1889-1966)


¿CÓMO PUEDES MIRAR AL NEVA?


¿Cómo puedes mirar al Neva,
cómo puedes pararte sobre los puentes?
Con razón la gente piensa que sufro:
su imagen no me suelta.
Las alas de los ángeles negros pueden abatirte,
cuento los días hasta el Juicio Final.
Las calles están manchadas de espeluznantes fuegos,
hogueras de rosas en la nieve.



BORIS PASTERNAK (1890-1960)

PRIMAVERA

He aquí la primavera. Vengo de la calle en donde se asombra
                                                                                   [el álamo,
donde la lejanía se inquieta y la casa teme ser derribada,
donde el aire es azul como la ropa
del que sale del hospital.

Donde la noche es vacía como una narración interrumpida,
que la estrella deja sin continuación
ante el estupor de mil y mil miradas azules,
insondables, inexpresivas.

[De la versión inglesa de Stanley K)



ÓSIP MANDELSHTAM (1891-1937)

ÚLTIMOS POEMAS

Si nuestros antagonistas me llevan
Y la gente deja de hablar conmigo;
Si confiscan el mundo entero-
El derecho de respirar y abrir puertas
Y afirman que la existencia existirá
Y que la gente, como un juez, juzgará;
Si se atreven a conservarme como a un animal
Y arrojan mi comida sobre el piso-
No caeré en el silencio ni mitigaré la agonía,
Sino que escribiré lo que soy libre de escribir,
Y unciendo diez bueyes a mi voz
Moveré mi mano en la oscuridad como un arado
Y caeré con todo el peso de la cosecha...


VLADIMIR MAIAKOVSKI (1893-1930)
PASADA LA UNA DE LA MAÑANA...
Pasada la una de la mañana. Debés haberte ido a la cama.
La Vía Láctea derrama un río de plata a través de la noche.
No tengo apuro; con relampagueantes telegramas
No tengo motivos para despertarte o preocuparte.
Y, como dicen, el incidente está cerrado.
El bote del amor se ha estrellado contra la amoladora diaria.
Ahora vos y yo somos renunciantes. Para qué molestarse
en saldar penas mutuas, dolores y heridas.
Mirá qué quietud se establece sobre el mundo.
La noche envuelve el cielo en tributo de las estrellas.
En horas como éstas, uno se alza para arengar
Las épocas, la historia, y la creación toda.


SERGUÉI ESENIN (1895-1925)

ADIOS, AMIGO MÍO

Adiós, amigo mío, hasta que nos volvamos
A encontrar, te retengo en mi corazón.
Nuestra largamente anunciada separación
Predice reencuentro allá.

Ninguna palabra, ningún apretón de manos, hasta el encuentro;
No sufras, amigo mío, ni te veas muy triste.
En la vida no es ninguna novedad morirse,
Y vivir no es, por supuesto, algo más nuevo.


OLGA BERGGOLTS (1910-1975)
AL CANTO

Despierta como quieras, pero despierta en mí,
en el frío, en mis silenciosas profundidades.

No te imploraré palabras, pero dame
una señal de que aún estás vivo.

No por mucho tiempo... sólo un momento de tu tiempo.
Si no un verso, sólo un suspiro, sólo un grito.

Sólo un susurro o sólo una queja.
Sólo el sordo sonar de tus cadenas.


EUGENI EVTUCHENKO (1933-)


SONRISAS

Tenías un tiempo muchas sonrisas:
maliciosas, alegres, asombradas sonrisas,
un poco tristes a veces, pero sonrisas.

No te ha quedado una sola de aquellas sonrisas.
Buscaré un campo donde haya a millares sonrisas.
Te traeré una brazada de bellas sonrisas.

Pero tú me dirás que no necesitas sonrisas
porque estás muy cansada de todas las sonrisas.
Yo estoy cansado también de tantas sonrisas.

Yo estoy cansado también de mis propias sonrisas.
Yo me defiendo con muchas sonrisas
y me hacen más serio aún mis sonrisas.

Pero, en el fondo, no tengo sonrisas.
En mi vida tú eres la última sonrisa,
sonrisa en cuya cara no hay nunca sonrisas.


ANDRÉI VOZNESENSKY (1933-2010)

YO SOY GOYA

Yo soy Goya
sobre el campo desnudo, excavado por el pico del enemigo
hasta que los cráteres de mis ojos boquearon
Yo soy el dolor

Yo soy la lengua
de la guerra, las brasas de las ciudades
en las nieves del año 1941
Yo soy el hambre

Yo soy la garganta
de una mujer colgada cuyo cuerpo como una campana
pendulaba sobre una plaza vacía
Yo soy Goya

¡Ah, viñas de ira!
He arrojado hacia el oeste
                     las cenizas de un invitado indeseable!
y martillado estrellas en un cielo sin olvido como clavos
Yo soy Goya

[De la versión en inglés de Stanley Kunitz]


JOSEPH BRODSKY (1940-1996)

AMOR

Me desperté dos veces esta noche,
y caminé lentamente hacia la ventana,
los faroles en la ventana,
el retazo de la frase dicha en el sueño,
reduciéndose a la nada, semejante
a los puntos suspensivos que no me calman.
Soñé con vos, estabas embarazada,
y después de haber vivido
tantos años separados,
sentía mi culpa, y a mi mano
tocando con alegría tu vientre,
pero en la realidad, me encontraba
buscando los pantalones y el interruptor.
Dirigiéndome hacia la ventana,
sabía que te dejaba sola,
allá, en la oscuridad, en el sueño,
donde me esperabas paciente,
y no culpabas, cuando volvía, por la interrupción
premeditada. Pues en la oscuridad
se prolonga lo que se desprendió durante el día.
Allá, estamos casados, comprometidos,
somos esos monstruos de doble espalda, y niños
para justificar nuestra desnudez.
En cualquier próxima noche,
de nuevo llegarás cansada, delgada,
y yo veré al hijo o la hija,
todavía sin nombre y entonces
no me arrojaré sobre el interruptor y ya
no extenderé la mano, no puedo
dejarlas en el reino de las sombras
y en silencio, ante la barrera de los días
que desembocan en la dependencia de la realidad,
con mi inaccesibilidad a ella.
Versión de Natalia Litvinova.



Autor ruso nacionalizado norteamericano



MIKHAIL AIZENBERG (1948-)
DENTRO DE UNA PERSONA VIVE EL AGUA...

Dentro de una persona vive el agua. Remoja, empapa.
En su meticulosa e insistente manera
sigue hablando, el agua.
Con el chorrear de los días
es aún más difícil entenderse con ella.
Nunca duerme,
nunca permanece en silencio.

Y ni siquiera intentes vivir en su estilo de vida,
en el curso de su vida de larga, dura labor.
Fíjate si la podés convertir en hielo caliente,
en flúida roca si podés, agua.


SVETLANA KEKOVA (1951-)
EL APENAS VIBRÁTIL AIRE ALEGRE

El apenas vibrátil aire alegre
es un juguete dorado para las avispas,
y la arena debajo del tembloroso sauce
está empapado en agua de primavera.

El polen brilla en el sendero
de los rayos luminosos
y los abejorros se zambullen eficientemente
en los lagos de las florecientes arvejas dulces.

¡Qué fiesta de vista y sonido!
Todo el mundo está renaciendo
en mí, más liviano que las plumas del cisne,
más pesado que una piedra hundida.


EUGENY BUNIMOVICH (1954-)
HAIKU UNO

haiku uno
sólo tres líneas en total
de las cuales dos ya están gastadas
así pasará la vida

haiku dos
diecisiete sílabas
de las cuales quedan cinco
sólo queda una

haiku tres
así ha pasado la vida
y es todo tan Hokusai
en el jardín de rocas


VERA PAVLOVA (1963-)

OJOS MÍOS

Ojos míos
porqué están tristes
cuando yo estoy tan contenta
palabras mías
porqué son tan rudas
cuando yo soy tan amable
actos míos
porqué son estúpidos
cuando yo soy tan lista
amigos míos
porqué están todos muertos
cuando yo soy tan poderosa


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PALABRA ESCRITA. Revista de Poesía.
Número 61. Julio de 2013.
Director: José G. Martínez Fernández.
Dirección: Carlos Dittborn 0500, Block 55, Depto. 209.
Teléfono: 09-91316993.
Correo electrónico: josegonzalomartinezfernandez@hotmail.com
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Publicación editada en Tacna, Perú.

 Edición de 1.000 (mil) ejemplares.

NOTA SOBRE FECHA DE PUBLICACIÓN. Aquí en REVISTA DE POETAS PALABRA ESCRITA se ha publicado con esta fecha (julio de 2014), tal cual como aparece en la edición Impresa. No hay error alguno. Lo que sucede es que recién ahora se ha podido editar en papel la misma y es así como todo su contenido se ha vertido en este Blog tras lograr ello.

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